La unión visible y permanente de Cristo con su iglesia es uno de los mas profundos anhelos de cada creyente. La iglesia, a través de los siglos, ha añorado la feliz realización de ese inefable momento. Tal unión significa que la iglesia será removida de la esfera de pecado y corrupción de este mundo para ser llevada por Cristo a los cielos. Entre un gran numero de cristianos se usa la expresión “rapto secreto” para referirse a la forma en que la iglesia será trasladada de este mundo al celestial.
La palabra rapto nos viene del latín rapio, y significa “apoderarse de”, “arrebatar”. El vocablo latino parece estar relacionado etimológicamente con el griego harpázo.
Entre sus diferentes usos en el Nuevo Testamento, harpázo designa la obra del Espíritu al trasladar a una persona en forma sobrenatural de un lugar a otro (Hechos 8:39; 2 Corintios 12:2-4). San Pablo usa ese mismo verbo para referirse a la forma en que el pueblo de Dios se unirá con el Señor:
“Seremos arrebatados” (1 Tesalonicenses 4:17). En un momento especifico, los santos serán “arrebatados” de la tierra para encontrarse con el Señor.
En la definición e interpretación de esta creencia han surgido dos áreas de desacuerdo entre algunos creyentes. La primera está relacionada con la identificación del momento en que la unión se realiza. ¿Es la iglesia trasladada antes de la segunda venida de Cristo o coincide el traslado con la venida? El segundo motivo de desacuerdo tiene que ver con la forma del rapto. ¿Es este un evento secreto en el cual la aparición de Cristo no es visible o es un evento que puede ser observado por todo el mundo?
ORIGEN DE LA ENSEÑANZA DEL RAPTO SECRETO
Tradicionalmente los cristianos han entendido que la traslación de la iglesia ocurre en el momento de la segunda venida de Cristo y que por lo tanto no es un evento secreto. La historia de la teoría del rapto secreto de la iglesia indica que ésta se introdujo en el pensamiento cristiano durante el siglo XIX.
A mediados del siglo XIX hubo entre un grupo de protestantes ingleses un interés marcado por una mejor comprensión de las Escrituras, particularmente en lo que a las profecías concernía. Uno de los principales lideres de ese movimiento fue el ministro anglicano John Nelson Darby (1800-1882). Desilusionado con la iglesia anglicana, Darby se unió a grupos de hermanos que se reunían privadamente a estudiar la Biblia.
Como resultado de sus estudios de la Biblia, Darby introdujo en el protestantismo el dispensacionalismo. De acuerdo a él la historia puede dividirse en eras o dispensaciones. Cada dispensación consiste en una forma distinta en que Dios salva al hombre. Las dispensaciones mas importantes son la de la ley (la judía) y la de la gracia (la iglesia).
Darby fue el primero en enseñar que la venida de Cristo consistía de dos etapas separadas entre si por un periodo de tiempo. Durante la primera etapa sucedería el rapto secreto de la iglesia, antes de la gran tribulación. Con ese evento concluiría la dispensación de la iglesia. De hecho, él pensaba que la dispensación de la iglesia era en realidad un paréntesis dentro de la dispensación judía. Una vez que el rapto aconteciese, la dispensación judía sería restablecida. Después de la gran tribulación ocurriría la segunda etapa de la segunda venida de Cristo. Entonces él vendría en forma visible a establecer su reino mesiánico.
John Darby visitó Estados Unidos varias veces. Sus ideas influyeron significativamente sobre los protestantes evangélicos. Sus enseñanzas fueron popularizadas por medio de La Biblia de C. I. Scofield. Las notas aclaratorias que se le añadieron a esa Biblia enseñan el dispensacionalismo y el rapto de la iglesia. Hace pocos años el rapto recibió un nuevo impulso por medio del libro de Hal Lindsey, titulado en inglés The Late Great Planet Earth, y que ha sido traducido al español.
Resumen de la enseñanza del rapto secreto de la iglesia. Los más claros exponentes modernos de la enseñanza del rapto secreto de la iglesia son John E Walvoord y Paul D. Feinberg. La doctrina parte de dos enseñanzas neotestamentarias interpretadas en forma peculiar. La primera establece que la venida de Cristo es inminente. Es decir, la venida no esta precedida por señal alguna y, por lo tanto, puede acontecer en cualquier momento en forma inesperada. La segunda establece que antes de la segunda venida habrá una gran tribulación, pero la iglesia no pasará por ella (Apocalipsis 3:10).
En el desarrollo de la enseñanza del rapto secreto fue necesario preguntarse, ¿cómo se puede decir que la venida de Cristo es inminente y, a la misma vez, que será precedida por la gran tribulación? Además, si la gran tribulación ocurre antes de la venida de Cristo, ¿en qué forma se puede decir que la iglesia no pasará por ella?
Es en la búsqueda de la solución a esos interrogantes, y otros semejantes, que surge la teoría del rapto secreto de la iglesia. La segunda venida se define como consistiendo de dos etapas, una invisible y la otra visible. Entre ambas etapas hay un periodo de unos siete años. La venida invisible de Cristo tiene como propósito remover la iglesia del mundo. Esto sucede a través del rapto. En esa ocasión los santos son resucitados en forma incorruptible y, unidos a los vivos transformados, son llevados por Cristo al cielo (S. Juan 14:1-4).
Cuatro Razones Para Rechazar la Idea de un Rapto Secreto
Un estudio cuidadoso de las Escrituras sugiere al menos cuatro razones mayores para rechazar una venida de Jesús en dos etapas:
1. El vocabulario de la segunda venida no apoya tal posición. Los que enseñan el rapto aseguran que cuando San Pablo escribió 1 Tesalonicenses 4:15, utilizo la palabra parusía, “venida”, para describir el rapto secreto. Pero en 1 Tesalonicenses 3:13, el empleo la misma palabra para describir la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”.
Nuevamente, en 2 Tesalonicenses 2:8, San Pablo empleo el termino parusía para referirse a la venida de Cristo que causara la destrucción del anticristo.
2. El nuevo Testamento no contiene ningún indicio de un rapto invisible e instantáneo de la iglesia. De hecho 1 Tesalonicenses 4:15-17 sugiere todo lo contrario. El clamor, la trompeta y la gran reunión de redimidos vivos y resucitados difícilmente sugiere in evento secreto e invisible.
3. Los pasajes sobre la tribulación no apoyan un rapto previo a la tribulación. En su discurso del Monte de los Olivos, Jesús hablo de la gran tribulación que precederá a su venida y prometió que “por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (S. Mateo 24:22). El paralelismo entre S. Mateo 24:30, 31 y 1 Tesalonicenses 4:16, 17, indica claramente que se trata del mismo evento. Jesús no prometió un rapto secreto antes de la tribulación, sino que nos daría protección en medio de ella (ver S. Juan 17:15).
4. Tanto San Pablo como el libro de Apocalipsis niegan la noción de un rapto secreto. Apocalipsis 7:14 describe una multitud como los que han “salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas… en la sangre del Cordero”.
Los capítulos 4 al 9 de Apocalipsis describen la persecución que recibe la iglesia. Se presenta a un ángel que sella a los escogidos en la frente para que sean protegidos cuando la ira de Dios caiga sobre los impenitentes (Apocalipsis 7:3; 9:4).
La enseñanza popular de una venida secreta de Jesús para raptar a la iglesia antes de la tribulación final carece de apoyo bíblico y crearía un trato preferencial de la iglesia al quitarla de la tierra mientras los judíos conversos sufren la tribulación final. La escritura enseña que la segunda venida de Cristo es un solo evento que ocurre después de la tribulación y será experimentado por los creyentes de todos los tiempos y todas las razas. (ver Apocalipsis 14:6).